Ir al contenido principal

Entradas

Mostrando las entradas de agosto, 2014

La cruz de la Avenida Wilson

Seguramente, muchos de ustedes han pasado innumerables veces por la tan transitada Avenida Wilson o quizás recorrido Jirón Quilca en busca de algún libro de tapa gastada oculto entre pilas de incalculable valor. También, es probable que muchos de ustedes hayan llegado hasta el pequeño parque en forma de triángulo que se encuentra en el cruce de estas dos calles. Los que han llegado hasta allí habrán visto de cerca una pequeña cruz de madera que se encuentra en el primer piso de un edificio moderno. Ninguna placa, ningún nombre. Solo una cruz de madera repintada que oculta un detalle emotivo de la historia de Lima. Plaza Federico Elguera  Luego de las derrotas sufridas en las batallas de San Juan y Miraflores el 13 y 15 de enero de 1881, la capital fue ocupada por el ejército chileno. Esta ocupación generó una serie de protestas y levantamientos dentro de la población que luego sería castigada severamente por los militares chilenos. Muchos peruanos fueron fusilados por rebe

El hombre de la bandera

I Fue en los días en que pesaba sobre Huánuco una enorme vergüenza. No sólo era el sentimiento de la derrota que los patriotas huanuqueños devoraban en el silencio conventual de sus casas solariegas; era el dolor de ver impuesta y sustentada por las bayonetas chilenas a una autoridad peruana, en nombre de una paz que rechazaba la conciencia pública. Un viento de humillación soplaba sobre las almas. Era demasiado para un pueblo, cuya virilidad y soberbia castellana estuvieron siempre al servicio de las más nobles rebeldías. Era lo suficiente para que a la vergüenza sobreviniera la irritación, la protesta, el levantamiento. Pero en esos momentos faltaba un corazón que sintiera por todos, un pensamiento que unificase a las almas, una voluntad que arrastrase a la acción. La derrota había sido demasiado dura para entibiar el entusiasmo y el celo patriótico, pero al lado del espíritu de rebeldía se alzaba el del desaliento, el del pesimismo, un pesimismo que se intensificaba al ver