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Arica, siempre Arica


En la madrugada del 7 de junio de 1880, las tropas chilenas inician el asalto y toma del morro de Arica. Este suceso es conocido en el Perú como la Batalla de Arica y marca el final de la campaña en el Sur, así como la invasión de los departamentos de Tarapacá, Tacna y Arica. 

A las 5 de la mañana, el ejército chileno inicia el ataque con el asalto al fuerte “Ciudadela”. Este fuerte cae luego de una encarnizada lucha y con todos sus defensores prácticamente aniquilados. Entre los oficiales caídos se encontraba el coronel peruano Justo Arias Aragüez, quien ante el pedido de rendición que le hiciera un soldado chileno, respondió: "¡No me rindo carajo, viva el Perú!". 

Tras ser capturados los fuertes “Ciudadela” y “Este”, los restos del ejército peruano se replegaron hacia el morro donde se llevó a cabo la última resistencia. Es en este lugar donde sucumben Francisco Bolognesi, Guillermo Moore, Alfonso Ugarte, Ramón Zavala, entre otros oficiales, soldados y ciudadanos peruanos.

Batalla de Arica 


Francisco Bolognesi y el último cartucho

Manuel Salazar, soldado peruano del Batallón “Artesanos de Tacna” y sobreviviente de la batalla de Arica entrega este testimonio en una carta enviada a los corresponsales de El Comercio en 1909:

“Los soldados chilenos que avanzaban por las cuchillas del Cerro Gordo llegaban al Cuartel General, en donde se inició una lucha cuerpo a cuerpo. Al grupo donde estaban el señor coronel Bolognesi y el Capitán de Navío Moore, rodeaban en estrecho perímetro algo así como mil soldados chilenos que se estrecharon a la bayoneta con los de la primera fila. Rota ésta en un desorden espantoso en que se confundían gritos de ¡VIVA EL PERÚ! y Chile, los ayes de las víctimas y mil imprecaciones, y estando yo como a diez pasos de mi coronel Bolognesi, vi como éste, revólver en mano disparó sobre la masa chilena. Cayeron heridos, lado a lado, el coronel Bolognesi y el capitán Moore”.

Crel. Francisco Bolognesi 

El motivo de la carta del soldado Manuel Salazar era defender al Coronel Bolognesi frente a las acusaciones que algunos escritores chilenos habían levantado en su contra. Entre las versiones chilenas más conocidas sobre Bolognesi aparece la del Teniente Aldunate Bascuñan, presente en la batalla, quien manifestó en su parte de guerra que Francisco Bolognesi se había rendido e implorado por su vida, pero que fue repasado por los soldados chilenos.

Ante esto, la posición de Manuel Salazar fue firme y, recordando los últimos momentos de Bolognesi, sostuvo lo siguiente:

“El coronel Bolognesi disparaba con su revólver intentando levantarse, y dándonos ánimo para continuar peleando, volteando hacia mí, exclamó: "¡No hay que rendirse! ¡Miserables! ¡Viva el Perú!". Cuando ya todo era un campo de muertos, el soldado de mi Compañía Pascual Méndez y los sargentos Carlos Rodríguez y Jorge Salgado del Granaderos de Tacna, nos trenzamos a bayonetazos con los de la primera fila chilena. Yo logré atravesar al chileno que me acometió, que era joven como de veinte años, el alcanzó a herirme el hombro con su bayoneta. Al caer desangrado por ésta, ya mi coronel Bolognesi estaba muerto. Un chileno avanzó y le arrancó la presilla del hombro izquierdo. En este acto de violencia, el cadáver de mi coronel fue movido hasta quedar casi sentado, desplomándose enseguida; otro soldado chileno, entrado en años, le puso el pie sobre el brazo y le arrancó la otra presilla del hombro derecho.”

Batalla de Arica 


Alfonso Ugarte: El mito

Mucho se ha escrito sobre este personaje. Se ha dicho que murió junto a Bolognesi. También se ha dicho que su cadáver fue ocultado por un grupo de mujeres en una casa y que, al ser hallado, fue arrojado desde el morro junto a otros defensores caídos en la batalla. Se ha dicho incluso que escapó a Francia. Sin embargo, la versión más emotiva y la que ha desatado más polémica a lo largo de la historia es la de Alfonso Ugarte lanzándose desde el morro de Arica para evitar que el pabellón nacional caiga en manos de los chilenos. ¿Fue cierto que Alfonso Ugarte, cual héroe mitológico, se lanzó del morro para evitar que los chilenos humillen la bandera nacional? 

En el archivo del Centro de Estudios Histórico Militares del Perú, se encuentra el expediente de Dionisio Vildoso, un combatiente peruano en la batalla de Arica que perteneció al Batallón “Artesanos de Tacna”. Este soldado manifestó lo siguiente:

"Seguimos haciendo fuego en retirada al morro para tomar posesión del parapeto que está a la entrada del morro, nos reconcentramos todos los jefes y tropa, aquí se hizo el último esfuerzo... En este grupo estaba el coronel Alfonso Ugarte, quien llegó momentos antes con su división a protegernos. De ahí nos retirábamos los pocos que quedábamos al centro del morro siempre haciendo fuego, los chilenos avanzaban por ambos costados del Cerro Gordo y por la coronación del mismo. Llegamos al plano donde estaban los cañones yo llegué al mismo borde del morro y retrocedí inmediatamente al ver el abismo que no se veía más que el mar. Regresé al lugar donde estaban los estanques de agua… En ese momento apareció el coronel Alfonso Ugarte en su caballo con una bandera peruana gritando ¡muchachos, viva el Perú!, echó las espuelas a su caballo y desapareció en el abismo. Mi compañero ya estaba herido y a mí me dieron un culatazo para hacerme botar el rifle, quedé prisionero desde ese momento." 

Por otro lado, aparece la versión del historiador chileno Nicanor Molinare, en su libro "Asalto y Toma del morro de Arica", basándose en el testimonio de Ricardo Silva Arriagada, quien manifestó lo siguiente:

"Es mentira la grandiosa muerte de Bolognesi y pura invención el que se arrojase al mar Alfonso Ugarte con caballo y todo… El cadáver de Alfonso Ugarte se encontraba en una casucha ubicada cerca del mástil, al lado del mar, mirando hacia el pueblo; en ese lugar, las rabonas del Morro cocinaban el rancho; y ahí, esas pobres mujeres, tenían oculto el cadáver de Alfonso Ugarte; era un hombre chico, moreno, el rostro picado de viruelas, los dientes muy orificados, de bigote negro. Aquellas mujeres tenían profundo cariño por Ugarte, y para guardar su cadáver, lo habían vestido con un uniforme quitado a un muerto chileno. Pude saber que era el coronel Ugarte, porque el doctor boliviano Quint cuando lo vio, exclamó: ¡Pobre coronel Ugarte; no hace mucho lo he visto vivo! Más tarde se dio la orden de arrojar al mar todos los cadáveres; sin duda que botaron también el de Alfonso Ugarte, porque no se le pudo encontrar. En ese mismo día, su familia ofreció 5.000 soles plata por los restos del coronel; se buscó mucho; di noticias, detallé lo ocurrido, pero nada se descubrió".

Asimismo, un telegrama oficial fechado en Quilca el 15 de junio de 1880 que recogía los datos suministrados por el vapor inglés Columbia, que acababa de llegar del Sur, manifestó lo siguiente:

"El coronel Alfonso Ugarte, como los demás, no quiso rendirse y, habiéndosele acabado la munición, echó mano de su revólver, empleando bien sus tiros; pero como fue acosado por gran número de chilenos, pereció al fin en un caballo blanco".

Finalmente, en 1959, en una entrevista realizada por la revista chilena Vea a Juan Bautista Palma Flores, un veterano chileno, se extrajo lo siguiente:

"No recuerdo qué superior peruano, cuando se vio acorralado por los chilenos arriba en el Morro, no quiso entregarse prisionero y se tiró con su caballo al mar… se hizo pedazos abajo."

Mito o realidad, Alfonso Ugarte muere en Arica junto a Francisco Bolognesi defendiendo –como escribió en su testamento- el santo suelo de su patria. La forma en que murió ha sido tema de discusión entre historiadores peruanos y chilenos por años, pero eso no le ha restado ningún mérito al grado de héroe que ganó en la batalla. Alfonso Ugarte representa a la juventud que sabe responder al llamado de la patria en peligro y que pese a la posibilidad de renunciar a la guerra y viajar a Europa por una vida mejor, opta por quedarse en el Perú y hacer frente al invasor.

El historiador peruano Jorge Basadre, refiriéndose a Alfonso Ugarte, Ramón Zavala y muchos de los jóvenes ciudadanos caídos en la defensa de Tarapacá, Tacna y Arica, escribiría luego que: “Ellos eran hombres de trabajo, muy unidos al pueblo, pues hasta se divertían con ellos, muy peruanos en sus hábitos, sus ideas, sus gustos, sus afanes. Quizás allí hubiera estado el germen de una nueva clase conductora celosamente patriota que no tuvimos.”

Crel. Alfonso Ugarte 


Arica y su significado para el Perú

Tras el combate, Arica quedó en manos de los chilenos, y con ello, se dio por concluida una campaña que fue muy crítica para el Ejército del Perú. Con un Piérola olvidando a sus defensores; con un ejército acéfalo sin mando, ni comando unificado debido a malas decisiones políticas; con rifles y cañones obsoletos en comparación al arsenal chileno; sin caballería; sin barcos que faciliten la movilización de tropas por las desérticas tierras del Sur; sin agua; sin víveres y sin órdenes claras. Esta campaña, a pesar de la victoria en la Batalla de Tarapacá, significó la pérdida total de los departamentos de Tacna, Tarapacá y Arica. Tacna fue reincorporada al Perú en 1929, pero Arica y Tarapacá pasaron a ser parte del territorio chileno perpetua e incondicionalmente.

¿Resultado de la Batalla de Arica? Derrota peruana. Éste es un resultado histórico e inalterable que es consecuencia de una mejor preparación del entonces enemigo. Pero Arica no solo significa derrota porque la derrota también puede tener gloria cuando cada uno cumple con su deber. Bolognesi sabía que las posibilidades de victoria ante un enemigo muy superior eran escasas, pero también sabía que el Perú y el mundo entero los estaban contemplando y que debía dejar una lección para las siguientes generaciones. Miguel Grau había dado ese primer gran paso, prefiriendo morir en Angamos antes que rendirse; y era hora de dar el siguiente paso, el paso decisivo para formar, de una vez por todas, la columna vertebral de esta nación, que de nación solo tenía el nombre. 

Finalmente, y como diría Jorge Basadre: “El que muere, si muere donde debe, vence y sirve”. Se perdió Arica, se perdió a Bolognesi, pero gracias a él y a los defensores del morro, nunca se perdió la dignidad como nación.



Fuentes:

Ahumada Moreno, Pascual - Guerra del Pacífico. Tomo III. 
Arosemena Garland, Geraldo - El Coronel Alfonso Ugarte. 
Basadre Grohmann, Jorge - Una antología sobre la Guerra del Pacífico (1879-1883)
Basadre Grohmann, Jorge - Historia de la República del Perú (1822 - 1933), Tomo 9.
Centro de estudios histórico-militares del Perú. Cripta de los héroes de la guerra de 1879: guía histórica y biográfica.
Comisión permanente de la historia del Ejército del Perú - La epopeya del morro de Arica. 7 de junio de 1880. 
Pons Muzzo, Gustavo - El coronel Francisco Bolognesi y el expansionismo chileno.
Molinare, Nicanor - Asalto y toma de Arica.
Vargas Hurtado, Gerardo - La batalla de Arica. 
Vargas Ugarte, Rubén. Editor: Carlos Milla Batres - Guerra con Chile. La campaña de Tacna y Arica (documentos inéditos).

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